Nos encontramos con un juego del mismo creador de Pandemic, Matt Leacock. Y la verdad es que se nota, las mecánicas básicas son prácticamente las mismas que en este. Se trata de un juego cooperativo en el que los jugadores (cada uno con un personaje con diferentes habilidades) tienen 4 acciones y cuando terminan su turno se sacan cartas de un mazo para ver que maldades nos tiene guardadas el desierto.
Las acciones son: Movimiento, quitar arena, excavar o recuperar una parte de la nave voladora. Para el movimiento no podemos ir en diagonal ni cruzar casillas con más de una ficha de arena. Quitar arena nos permite despejar el camino y además sólo podemos excavar en casillas sin arena. Excavar nos sirve para darle la vuelta a las casillas que forman el desierto y ver si obtenemos objetos, agua o una pista de donde están las piezas de la nave voladora. La última acción nos sirve para recuperar la pieza una vez sepamos donde están.
Sin excavar - Excavada Con arena - bloqueada con arena |
Para ganar el juego debemos encontrar las 4 piezas de la nave voladora y que TODOS los personajes lleguen a la casilla de despegue (que tendremos que haber encontrado previamente). Para perder ya tenemos más posibilidades:
- Si tenemos que poner una ficha de arena y no nos quedan, perdemos.
- Si la tormenta de arena llega a su fuerza máxima (señalada con una calavera para variar), perdemos.
- En cuanto muera el primer jugador por falta de agua, perdemos.
¡¡Calaveras por todas partes!! |
Una vez que los jugadores han hecho por orden todas sus acciones, toca sacar cartas del mazo de tormenta. Estas que en Pandemic eran ciudades y en La Isla Prohibida eran casillas específicas del tablero, en El Desierto Prohibido son instrucciones para mover el Ojo de la Tormenta. Al empezar la partida hemos colocado las 24 casillas del juego formando un cuadrado de 5x5 casillas con un hueco en el centro. Dicho hueco es el Ojo de la tormenta que se mueve como indiquen las cartas. Así, se va desplazando cambiando la posición de las casillas que atraviesa y añadiendo una ficha de arena a las mismas. Si llega a un extremo y la carta indicaba que debía moverse más se quedará donde está, perdiendo el resto del movimiento. Además de eso en el mazo hay cartas que suben la fuerza de la tormenta (sacaremos más cartas cada vez que acaba un turno) o quitan agua a los jugadores que no estén en una de las dos casillas de túneles o tengan cartas para evitarlo.
En las partidas que he jugado, siempre se perdía porque alguien moría de sed, ya que el agua es muy difícil de recuperar y no puedes terminar tu turno siempre en un túnel. Para recuperar agua, debes estar en una de las casillas de oasis cuando sea excavada por primera vez. Pero una de estas casillas en realidad es un espejismo y no recuperas nada, además de quedarte con cara de tonto.
Para encontrar las 4 piezas hay 2 casillas de cada color que nos indicarán la fila y columna en la que se encuentran. En cuanto tengamos las correspondientes a una pieza esta se coloca en el tablero y a partir de entonces se mueve con la casilla si es afectada por la tormenta.
Pros:
- Viene en una cajita de metal y los materiales parecen buenos. Aunque la nave voladora es un poco "de los chinos".
- Reglas simples, y más si ya has jugado a algún juego de Matt Leacock.
- Las partidas son rápidas, vale para jugar entre otros juegos para despejar la cabeza un poco.
Contras:
- El personaje de "La portadora de agua" se me hace imprescindible para jugar. Es la única que puede repartir agua o volver a sacarla de pozos ya excavados.
- Es otra vuelta de tuerca al sistema de Pandemic, algo simplificado y cambiando el tema, pero no tiene la misma sensación de originalidad.
- El precio da la impresión de que podría ser menor, ya que al abrir la caja metálica ves que los componentes del juego no llenan ni la mitad de la misma.
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